El relevo

El alcalde sabe elegir a sus colaboradores, pena que no sea tan hábil para identificar detractores

La esperable buena disposición de los grupos políticos locales, sobre todo de los 100×100, hacia el Partido Popular, ha quebrado la aspiración de Ruiz Boix, de convertirse en una pieza de relativa importancia de su partido, allende estos pagos. El polo alcalaíno, ya fané y descangallado, que tanta guerra dio cuando Rafael España y Tomás Herrera, ha cedido el batón de la carrera de relevos del PSOE, al círculo chiclanero en torno al alcalde José María Román Guerrero, que repite por quinta vez como presidente de la Corporación y va camino de cumplir los cuatro lustros en el cargo. Chiclana es hoy una alternativa a Sotogrande para los yanitos. Un refugio para adictos al socialismo de derechas, amorosos del capitalismo de bajo registro, que anidan en el sur de la provincia. Su hermano Rafael, al que llamaban “Franquito” por su aspecto, fue presidente de la Diputación y es uno de los grandes amigos, junto a otros paisanos de la siniestra política y social, del ínclito Fabian Picardo. Pues bien, parece como que el alcalde sanroqueño no es precisamente santo de la devoción de la curia chiclanera, muy a pesar suyo y de poder hacer valer también su leal subordinación al chief del Convento.

El Partido Popular, por su parte, se prepara para ocupar todos los papeles del reparto y el alcalde de Algeciras, para ser el gran factótum de la escena, productor, director y apuntador. La designación de Susana Pérez Custodio es un acierto. A la nueva presidente le acompaña una herencia biológica de tal calidad, que cabe esperar mucho bien de su paso por la autoridad comarcal de la que, no sólo dependen servicios esenciales, sino la flor y nata del talento intelectual concentrado en grandes dosis, en torno al Instituto de Estudios Campogibraltareños y al de su órgano de expresión, la revista Almoraima. La ascendencia por todos los costados y hasta dos generaciones atrás, de Susana, me es familiar. Sus dos apellidos y su presencia cuelgan de dos sagas extraordinarias de gente de bien. Ni empeñándose en hacerlo mal, podría: lleva el bien en la sangre. Pero además es una excelente conocedora de la Comarca y su labor en la esfera del turismo y la comunicación no tiene precedentes. El alcalde Landaluce sabe elegir a sus colaboradores, pena que no sea tan hábil para identificar detractores. Tal vez su éxito, su suerte también, le obnubilen y vea obscuridad donde hay luz. Claro que la luz también penetra en las sombras.

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