La larga pausa de la presidente

Esos nombres que ahora nos resultan familiares y exitosos fueron ocurrencias del alcalde

Después de su más que bien meditado y diplomático discurso, tras tomar posesión, la nueva presidente de la Mancomunidad, Susana Pérez Custodio, se ha dejado entrevistar por el director de Europa Sur, Javier Chaparro. Impecable en su hechura, la entrevista apareció publicada el pasado domingo. A lo largo de su desarrollo, Pérez Custodio no ha perdido el paso ni ha pedido pausa, hasta que Chaparro, finalmente, le ha espetado un ¿Gibraltar español? con el que seguramente contaría. Lo que Pérez Custodio piense al respecto es importante, aunque poco puede hacer en el contencioso, más allá de lo puramente doméstico. Pero sí que puede influir en la comprensión del estatus, dar una opinión a los responsables políticos del Estado, independiente de los subsidiados espacios bajo control de Convent Place, y ayudar a la percepción ciudadana sobre la verdadera naturaleza del problema.

He tenido ocasión de expresarme sobre la personalidad de la nueva dirigente comarcal. Mi decidida disposición a esperar de ella una buena gestión, no cambia ante la percepción cierta, de que su parecer en lo que a Gibraltar se refiere, no se manifestará nunca con claridad. No puede hacerlo por varias razones pero, sobre todo, porque ha de cuidar las formas con inteligencia, meticulosidad y elegancia. Es lo que ha hecho y es lo que hará. Por otra parte, su habitual discreción le será ahora de gran utilidad. Aviso, no obstante, sobre su conocimiento de las realidades y las circunstancias que rodean a la colonia. No sería fácil encontrar a unos cuantos paisanos con mayor consciencia de lo que esas realidades suponen. Cualquiera que sea lo que diga o lo que haga desde el estrado en el que está, será acertado o no, pero desde luego lo hará con perfecto conocimiento de causa. Sus desaciertos si los hubiere, no serán, en modo alguno, por ignorancia.

Es oportuno, me parece, añadir que su lealtad al alcalde Landaluce es debida. Todos tenemos luces y sombras, y la mejor luz del alcalde es su buen tino para formar equipo, cualidad esencial en el mando. Como ocurriera con Pilar Pintor Alonso, con Eva Pajares y con bastantes más, Pérez Custodio llegó a la política y empezó a navegar en ella con los remos de la nave fletada por Landaluce. Esos nombres que ahora nos resultan familiares y exitosos fueron ocurrencias suyas. Nacieron, crecieron y se hicieron por iniciativa y con la orientación política y de gestión de José Ignacio Landaluce.

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