"Si hay algo que nadie ni nada puede matar es el amor". La frase ha resonado este triste jueves 25 de enero con todo su significado en el templo mayor de Algeciras en la boca del vicario episcopal para el Campo de Gibraltar y párroco de Nuestra Señora de la Palma, Juan José Marina Janeiro. Con ella, el reverendo padre ha dado voz a todas las personas de paz que se han detenido a recordar con pesar que, hace justo un año, dos buenos algecireños se toparon cara a cara, a traición, con todo el horror del terrorismo yihadista. Uno, aquí mismo, cayó asesinado. Se llamaba Diego Valencia. Otro, no muy lejos, en la iglesia de San Isidro, fue herido de gravedad. Se llamaba Antonio Rodríguez Lucena.  

Valencia, sacristán de la iglesia que se ha llenado de fieles para celebrar su inmortal carácter de hombre de paz, fue brutalmente asesinado por Yassine Kanjaa a unos metros de dónde se ha descubierto una placa en su homenaje. El texto dice así: "En memoria de Diego Valencia Pérez (sacristán). Víctima del atentado yihadista ocurrido en esta parroquia el 25 de enero de 2023". Al descubrirla han brotado lágrimas, sobre todo de sus familiares y amigos, pero no sólo, incapaces de comprender la irracionalidad de su asesinato. Al momento han buscado consuelo en el abrazo de los que le conocieron.  

La placa se ha descubierto un instante después de finalizada una Eucaristía en su recuerdo y en el de todas las víctimas del terrorífico recorrido de Kanjaa. Paz ha sido la palabra más utilizada por Juan José Marina en una misa de primer aniversario que ha congregado a muchísimos feligreses en torno a la familia. Todos ellos -y muchos más, hasta 200- respondieron minutos antes a la concentración convocada por el Ayuntamiento con el consentimiento de la familia de Diego Valencia, en la Plaza Alta. Los asistentes han guardado cinco minutos de silencio en memoria de las víctimas y como muestra de absoluto rechazo a cualquier tipo de violencia.

Además de numerosos ciudadanos han acudido también a la convocatoria los familiares del sacristán. Su hija Ana Beatriz se ha encargado de agradecer el calor y apoyo recibido por todos ellos a lo largo de este duro año.

La placa en homenaje a Diego Valencia

Junto a ella se encontraba el alcalde, José Ignacio Landaluce. “Es un momento muy intenso. Vivimos un culmen de sentimientos y hemos querido estar al lado de la familia de Diego y del padre Antonio, que han sido hombres de paz. Queremos que la Ley caiga sobre el culpable, y hay que recordar que Algeciras es una ciudad de paz, que la quiere y que la busca”, ha dicho el regidor, al tiempo que ha recordado que el Ayuntamiento está trabajando en la construcción de una plaza pública que llevará el nombre de Diego Valencia.

A la concentración ha asistido también el cónsul del Reino de Marruecos en Algeciras, Driss Soussi; el subdelegado del Gobierno de la Junta de Andalucía en el Campo de Gibraltar, Francisco Javier Rodríguez Ros; el coordinador de la Administración General del Estado en la comarca, Francisco Gil; el presidente de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Algeciras, Gerardo Landaluce, e integrantes de los tres grupos políticos que conforman la Corporación municipal, entre otros.

Los actos comenzaron en la Parroquia de María Auxiliadora–Salesianos con el descubrimiento de una placa en memoria del padre Antonio Rodríguez Lucena, fallecido el pasado mes de octubre a consecuencia de una enfermedad. En la cita también estaba el alcalde, José Ignacio Landaluce, que ha acompañado al director de la Casa Salesiana, padre Juan Francisco Huertas Carretero, estando también presentes, entre otros, el director del Colegio María Auxiliadora-Salesianos, Manuel Redondo, y Raúl Ocaña, hermano mayor de la Cofradía de Medinaceli y Esperanza.